Cuando sonó el despertador creo que ninguno lo escuchó.
Aquella mañana nos levantamos casi media hora después de lo previsto; y con el
tiempo más apretado que justo, apuramos el desayuno. Subimos al auto, rápido, furiosos.
¿Está todo? – Sí, 3 cámaras, 3 trípodes, 5 cargadores (los
móviles nunca aguantaban), ¿Periodistas? 2 y nuestro chofer Oscar.
Todavía quedaba por
recoger a Yenli y Barbi. Corriendo a la corresponsalía, tocamos el claxon
(estamos casi tarde). ¿Ya? Ya.
Coge la curva, a la derecha ¿por el cartel? si por el
cartel; ahora todo recto… uffffffff… Por fin estamos llegando.
Y de repente… ¡PLOF!
Los delfines tendrán que esperar.
Vísteme despacio, que estoy de prisa! estos chicos de Cámara Cuba a cada rato se meten en problemas.... pero al final todo resulta.
ResponderBorrarHola Sandra. Gracias por tu comentario... tienes toda la razón. Pero siempre tenemos plan A, B, C y últimamente hasta D.
ResponderBorrarMuy bueno. La demora sirvio al menos para que pudieran hacer algunos planos en la autopista. Me gusta el trabajo de edicion y un divertida historia...los delfines se quejaron por la tardanza?
ResponderBorrarRoberto, como bien explicamos en el blog los delfines son animales muy inteligentes y supieron entender jajaja
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